Explicación Panorámica de la Falsa Profecía y su Lugar en la Iglesia Hoy Día
Por: La AAIPEP
“Porque muchos falsos profetas han salido por el mundo”
(1 Juan 4:1).
Nunca antes -en la historia del hombre- se había manifestado el gran peligro de la falsa profecía como se esta viendo en nuestros días. Y tanto la falsa profecía como los autodenominados “falsos profetas” pululan el planeta: “Porque estos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos que se disfrazan como apóstoles de Cristo (1 Juan 4:1, 2 Corintios 11:13).”
¿Pero que es la falsa profecía? Pues bien, la “falsa profecía” es un mensaje o serie de mensajes emitidos por un auto-proclamado profeta. O sea que los mensajes inventados por el falso profeta buscan comunicar que todo lo dicho es “palabra divina de Dios”.
¿Y cual es la meta de los falsos profetas? La meta es: a) atraer, b) impresionar, c) seducir, d) manipular, e) controlar, f) establecer bases de “autoridad” sobre las ovejas, g) buscar alimentar su vanagloria, h) auto-promocionar su fama, y al final de todo, i) establecer bases para vender los “productos” que inventan y con los cuales “trasquilan” las ovejas del Señor...despojándoles de su “lana” (dinero). Y lo hacen todo, solapadamente, “en el nombre de Dios”.
¿Y quienes son los que, por lo general, caen bajo sus engaños? Proverbios nos define tres tipos de personas que forman el pueblo de Dios. Dos de estos son los engañados:
- Los Simples: Estas ovejas, y algunos lideres, son los que no saben de lo que hablan, pero hablan y reciben lo que se les dice, como si supiesen. Y la mayoría recibe el engaño, cuando, sicológicamente, son manipulados a gritar ¡amén!
- Los Necios: Estos saben que no saben de lo que hablan, y estando conscientes de esta verdad, continúan hablando como si supiesen lo que dicen y lo que se les dice. Estos también, conociendo la verdad de su ignorancia, aceptan el engaño.
- Los Sabios: Estos reconocen lo que no saben y lo admiten para darse a indagar, examinar y a escudriñar las escrituras y así aprender conocimiento y sabiduría. Estos buscan establecer bases de conocimiento, necesarias para “retener” las enseñanzas, profecías, prédicas, etc., que nos vienen “de lo alto”.
Entonces, ¿como y de donde surgen los falsos profetas? ¡Bien! Pues los falsos profetas, por lo general, surgen dentro de las filas de nuestra mismísima Iglesia Protestante (evangélica-pentecostal). De hecho, en una ocasión, tal vez por años, muchos de los falsos profetas fueron fieles obreros de Dios quienes -después de servir fielmente por muchos años- se descuidaron y, desviándose de la verdad, cayeron al sendero “ancho” del pecado y/o quedaron presos de algún “espíritu (demonio) inmundo”. Esta es la mayor dificultad en determinar quienes son los falsos profetas. Pues igual que sucedió a muchos siervos en la Biblia, quienes fueron fieles por un tiempo y luego se descarriaron, así sucede hoy día. Y como la gente los conocía cuando eran fieles, continuaron confiando en ellos al quitar sus ojitos del “fruto del Espíritu” en sus vidas. ¡NO! El “fruto del Espíritu” y no una mera imitación o “apariencia de piedad” en sus rostros, deberá estar presente ¡siempre! Pues...“por sus frutos les conoceréis”. Y fue precisamente por esto que -en varias ocasiones- Jesucristo mismo nos enfatizó la necesidad de protegernos de los falsos profetas: “Guardaos de los falsos profetas que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces (Mateo 7:15).”
Además, luego que Jesús lo repite en sus evangelios, el Espíritu Santo usa a Pablo, Juan y Pedro para enfatizar la importancia de este gran peligro. Y fue Pedro quien también aseveró lo dicho por Jesús...que los falsos profetas vendrían “vestidos de ovejas”, que buscarían disfrazarse de fieles siervos de Dios y que lo harían dentro de la iglesia...de forma encubierta: “Pero hubo también falsos profetas...como habrá entre vosotros falsos maestros...que introducirán encubiertamente herejías destructoras...y muchos seguirán sus disoluciones...y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas (2da Pedro 2:1-2).”
De hecho, es bajo pena de castigo que Dios demanda que nosotros alcemos nuestras voces para denunciar a los falsos profetas y alertar a Su pueblo: “Si tu no hablares...el impío morirá, pero su sangre demandaré de tu mano. Y al que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado (Ezequiel 33:8, Santiago 4:17).”
La razón por lo cual los falsos profetas se han salido con la suya -hasta ahora- es que nadie les había salido al paso, confrontándoles con sabiduría, pero templados por la firmeza y el amor de Dios y con pruebas indubitables y suficientes...netamente bíblicas.
De hecho, usando la Biblia con astucia humanista y bajo bastantes errores de interpretación, estos cobardes han conseguido amedrentar e intimidar a un gran número de pastores, a muchos de los genuinos siervos de Dios y a miles de Sus ovejas. E intimidados y con sus mentes bien lavaditas, el pueblo de Dios ha creído a los falsos profetas cuando estos sacan las Escrituras fuera de contexto y mintiendo dicen: “Cuidado con los que hablan en contra del ‘ungido de Jehová’, pues son unos ignorantes...los pobres están bajo maldición, no les pongan atención...mas bien oremos por ellos”.
Ha sido bajo este “simple” engaño que muchos de los genuinos ministros de Dios, así como muchas de sus ovejas, han sido llevados a creer este craso error y mal uso de las Escrituras. Y en especial, han sido seducidos por la falseada piedad que los “falsos” profetas y mercaderes del evangelio intentan demostrar. De hecho, indebidamente intimidados, muchos fieles siervos de Dios temen a los falsos profetas aun en contra de lo que Jesús les advierte en el libro de Apocalipsis, cuando elogia y bendice a los siervos que probaron a los falsos apóstoles y los encontraron ser un montón de “mentirosos”: “Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos (Apocalipsis 2:2).” Pero para los que obedezcan a Dios, ¡el abuso se acabó!
Jesús nos ha llamado a probar a todos los que se
auto-promocionan haciéndose pasar por profetas y apóstoles.
La Palabra de Dios es sumamente clara. Y hoy día, todos los que se auto-denominan “ungidos de Dios” para buscar impedir que se les “pruebe” como Jesús nos manda, bajo un examen justo y bíblico, lo hacen cobardemente para escudarse a sí mismos detrás de una porción bíblica que aplicó solamente en el contexto del antiguo testamento. De hecho, es una porción bíblica que jamás tendría aplicación para cualquier ministro, falso o real, sea pastor, profeta, apóstol, maestro, etc. Al contrario, para la dispensación de la gracia, los tiempos en que vivimos, Dios llama a que sus verdaderos siervos lo juzguen “todo” y se examinen a si mismos. Y en particular, ese “todo” incluye toda profecía...para desechar la falsa y retener la que nos llega solamente del Espíritu Santo. Para ello, miremos lo que Dios nos dice, lo cual nos haría pastores y siervos irresponsables y negligentes si no lo cumplimos: “Los profetas hablen y los demás juzguen (1 Corintios 14:19). Examinadlo todo; retened lo bueno (1 Tesalonicenses 5:21).”
O sea que Dios nos encarga la responsabilidad de “probar, examinar, y juzgar todo”...aunque nunca debemos juzgar la salvación de algún ser humano. Esto último corresponde a Dios. Y así que, hilando esta gran verdad un poco más, debemos notar que Dios nos entregó un libre albedrío para que tomemos nuestras propias, sabias decisiones. Es por ello que el Señor nos advierte, diciéndonos que los que se dan a temer y seguir a los falsos profetas, como los “simples y necios”, sin contar con bases bíblicas, se tornan en sus cómplices y sus propias almas estarán expuestas a la “muerte” eterna...sin salvación: “Quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no solo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican (Romanos 1:32).”
Pregúntese usted mismo(a): ¿Será que ha estado “complaciéndose” con los que practican la falsa profecía? Y debemos añadir que, tal como el doctor vende sus servicios médicos y el carnicero sus cortes de carne, los falsos profetas venden sus finísimos “cortes” de falsas profecías, falsos pactos, falsas oraciones y falsas promesas...para despojar las ovejas de su “lanita” (dinero). La única excepción es que las falsas profecías, al igual que las falsas medicinas, terminan siendo mucho más costosas que las verdaderas, pues dejan a las ovejas sin la santidad que necesitan para vivir una vida victoriosa en Cristo y tal vez perdiendo la salvación eterna.
Por ende, siendo responsables por el cuidado de las ovejas que Dios ha puesto bajo nuestro ministerio, algunas de las cuales han sido engañadas, concientes del gran riesgo que la falsa profecía representa para sus almas y de la altísima incidencia de abuso espiritual y emocional que los lobos rapaces, falsos profetas, falsos maestros, falsos apóstoles y charlatanes de todo tipo están obrando sobre los rebaños de Dios, la Asociación Anónima Internacional de Pastores Evangélicos Pentecostales (AAIPEP) ha sido establecida para sacar a la luz las mentiras, engaños y desvíos doctrinales que están siendo utilizados para trasquilar las ovejas de Dios y despojarles de su lana (dinero).
Sin embargo, nuestra carga espiritual no tiene nada que ver con la “lana” de las ovejas, sino con la salvación de cientos de miles de almas que terminan alejándose de nuestras iglesias...para tal vez jamás volver al seno del Señor. Estas almas, lastimosamente, trasquiladas, decepcionadas, desanimadas, confundidas, frustradas y sintiéndose engañadas, se alejan...aún culpando a Dios por lo sucedido. Y esto, porque según nos han contado algunas de estas mismas personas: 1) “las profecías no se cumplieron”, 2) “lo pactado y pagado jamás se materializó”, 3) “las oraciones declaradas sobre mi hogar y mi persona, luego de yo haber entregado mi ofrenda, no fueron contestadas”, y 4) muchas otras cosas mas que fueron declaradas y/o decretadas...las cuales jamás se materializaron.
Reiteramos que hacemos este trabajo para cumplir nuestra responsabilidad delante de Dios y alertar a Sus ovejas...tal como nos encomendó en Sus escrituras: “Me ha sido necesario escribiros exhortándoles que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos... (Judas 3b)”. Y lo hacemos sabiendo que todos los otros medios usados para detener la ola de falsas profecías han sido y seguirán siendo infructuosos. Pues ha estado sucediendo tal como en los días de los Jueces. Y los llamados “grandes ministros” se han unido a los falsos profetas y/o se hacen de la vista larga (gorda): “Cada uno hacía lo que bien le parecía (Jueces 21:25).”
El llamado que hemos recibido, el cual creemos nos ha llegado de parte de Dios, es: Publicar evaluaciones periódicas sobre las falsedades y tonteras que los “lobos rapaces, falsos profetas, falsos maestros y falsos apóstoles” usan para engañar al pueblo de Dios. La meta, bíblicamente hablando, ¡es de Dios! Y es: Tocar trompeta, dar voz de alerta para que el pueblo de Dios quede apercibido de los seudo-ministerios humanistas, establecidos “encubiertamente” dentro de la iglesia, para el enriquecimiento ilícito de hombres y mujeres que usan las “artimañas y estratagemas del diablo” para engañar.
Además, aunque contamos con pocos recursos, lo hacemos sin fines de lucro y sin cargar la “iglesia” por los gastos correspondientes...los cuales son personales. Lo hacemos con toda la integridad ministerial y de acuerdo al modelo bíblico que emplearon los “siervos” que Dios usó en el contexto de Sus Escrituras, pero con una sola excepción...por un tiempo, lo haremos anónimamente. Y esto no por cobardía. Lo hacemos en anonimato, obedeciendo las vos de la sabiduría que viene “de lo alto”. Pues, por el momento, no le vamos a brindar un blanco al cual los falsos profetas puedan disparar sus ataques.
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